Módulo 4 - ¿Qué puedo hacer yo?
Como empleado público de la Administración General del Estado, es importante reconocer que uno tiene una responsabilidad crucial en promover la igualdad de trato y no discriminación en el desempeño de sus funciones. A continuación detallo algunas reflexiones y acciones que podrían ser útiles para impulsar la igualdad de trato y no discriminación:
Conocer y aplicar la legislación existente: Como empleados públicos, debemos estar al tanto de las leyes y normas vigentes en materia de igualdad y no discriminación, y aplicarlas de manera efectiva en nuestro trabajo. La ley española establece que todas las personas tienen derecho a igualdad de trato y a no ser discriminadas por motivos de género, orientación sexual, raza, etnia, religión, discapacidad, edad u otras circunstancias personales o sociales. Una de las últimas leyes que se han puesto en marcha es la Ley 15/2022, de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y la no discriminación. Esta entró en vigor el pasado 14 de julio de 2022.
Sensibilizar sobre la igualdad y la no discriminación: Es importante que, como empleados públicos, difundamos valores de igualdad y no discriminación en nuestro entorno laboral. Podemos hacer esto mediante la organización de cursos de formación, talleres, charlas y otras iniciativas que promuevan la sensibilización y la conciencia en la materia.
Analizar y revisar los procedimientos: Es importante revisar los procedimientos y prácticas existentes para detectar posibles situaciones de discriminación y tomar medidas para corregirlas. Por ejemplo, podemos revisar los procesos de selección de personal para asegurarnos de que sean justos y no estén sesgados por prejuicios o estereotipos.
Asegurar una atención igualitaria: En nuestro trabajo, es fundamental garantizar una atención igualitaria a todas las personas, independientemente de su origen, género, orientación sexual, raza, etnia, religión, discapacidad, edad u otras circunstancias personales o sociales. Debemos tratar a todos los ciudadanos con respeto, amabilidad y profesionalidad.
Ser un modelo de conducta: Como empleados públicos, somos un modelo de conducta y debemos actuar de manera coherente con los valores de igualdad y no discriminación que defendemos. Debemos evitar cualquier comportamiento o actitud que pueda ser percibido como discriminatorio o que pueda ofender a alguna persona.
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